"Robar el presente" es regalar el futuro.

 


                               Son tiempos duros” dicen por ahí los que saben o creen saber lo que está pasando en el Mundo en nuestros días. Yo mismo, algunas veces, me he sumado a esa consigna que se escucha por doquier y que, con una u otra enfatización, viene a decir algo así como que nos están robando el presente.

               Pero ¿qué demonios es el presente y quienes son los ladrones de dicho bien? A mi juicio no existen los ladrones del presente porque, sencillamente, dicho concepto -el del presente- es una entelequia. No puede existir un tiempo en el que no se puede pensar y, efectivamente, cuando uno quiere rumiar sobre el presente se ve forzado a hacerlo desde un futuro respecto de éste.  

                No obstante lo anterior, sería una necedad negar que han existido tiempos más fáciles en los que no concurrían virus ni politicuchos de última división empeñados en convertirse en una traba de nuestro potencial amodorramiento perpetuo.

              Así que, a algunos, a los que tenemos la suerte de seguir estando, estos tiempos deberían estimularnos, llenarnos de optimismo y hacernos mudar el periscopio de observación desde el que contemplamos lo que pasa para, precisamente, hallar entre tanta sombra esas oportunidades que pueden convertirnos en arquitectos de un futuro -el nuestro y el de nuestros sucesores- lleno de avíos estimables.   

                Avíos estimables que, si sabemos convertir en realidades, deberemos siempre a una gente soberbia y despreciable que, sin saberlo ni quererlo, habrán regalado al Mundo un futuro en el que ellos no tienen cabida.

No se me ocurre un obsequio mejor.

 

Coloradín Perborato.

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