La Ópera y el Derecho.


Hace algún tiempo  me enteré con alegría e incluso emoción de que mi Facultad colaboraba con el Teatro Real organizando  talleres dedicado a la Ópera. Yo soy melómano enfermizo y desde que mi formación va haciendo cada vez más fiable el uso de la razón, me encuentro con una dicotomía relacionada respecto a este particular;  ¿la Ópera es sostenible o no? La pregunta puede resultar absurda si no es seguida de una argumentación que justifique el porqué de su existencia.
Resulta triste encontrarse frecuentemente con aseveraciones, incluso en los medios de comunicación que presumen ser de ámbito cultural, tales como “la Ópera es para viejos” “la Ópera está desfasada” o “hay que actualizar la Ópera”. Yo, a través de las habituales criticas que escribo por grupos temáticos en las redes sociales, siempre aseveró que todo  este tipo de afirmaciones además de tristes son, sobre todo, disparatadas. La Ópera era, y tiene que seguir siendo, un espectáculo popular en el que se representan realidades de una determinada época y ello  obliga  a observarlas  desde la perspectiva que hacen de la misma una fuente de conocimiento de carácter histórico sin que quepa, por lo tanto, la posibilidad de transformarlas hasta el punto de modificar su esencia o, mejor dicho, sus esencias. Las carreras de cuadrigas de la Antigua Roma puede que hayan dejado de tener  sentido por el desfase del tiempo pero… ¿a alguién se le ocurre superponer un coche encima de la cuadriga reflejada en una obra pictórica  de un artista  clásico (que ha querido reflejar esa realidad) para modernizarlo y que, a causa de esa “modernización”, pueda ser objeto de mas público? Sean bienvenidas las operas NUEVAS y, por favor, respetemos a todas las creaciones que tengan un autor y un porqué por mucho que hoy no sean populares o, mejor dicho, no quieran serlo.

Para no ahondar mas en detalles que, aunque sin duda son importantes, resultan ser ajenos, al menos a simple vista, de la formación de un jurista concluyo con lo siguiente.


“El Derecho comparte con la Ópera el arte de ordenar. Mientras la Ópera, a través de los sentimientos, ordena la esencia del individuo; el Derecho ordena, a través de sus sistemas normativos, la convivencia social”






                                                                                                                                                      JBL. 

Comentarios

  1. Nadie discute que la esencia de cada obra es algo atemporal y ha de ser respetada en contenido e idea , pero estoy muy a favor de nuevas adaptaciones a medios contemporáneos de obras clásicas , muchas veces resaltando más si cabe la grandeza de las mismas. Un saludo

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    1. Decir que nadie lo discute es, a mi juicio, mucho decir. La práctica actual es, por desgracia, el claro ejemplo de que lo que menos le importa a según que gente es la esencia de la obra y lo que prima es poder sacarle al nombre que tiene la mayor rentabilidad, económica, ególatra... posible en nombre de un arte que no lo es. Los medios contemporáneos son muy bienvenidos para resaltar lo clásico y también para crear pero, desde mi punto de vista, no lo son para en nombre de algo clásico presumir de original a costa de lo real. Abrazos amigo mio.

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