Soy proclive a la crítica política pero tal vez no tanto a personalizarla ni tampoco a publicitarlo fuera de un circulo más o menos íntimo. Hoy, no obstante, mi aparato psicomotriz se encarga de mover a mi sistema locomotor para escribir unas lineas rápidas que traten de plasmar el hastío y la indignación que colman mi falta de paciencia en ciertos asuntos.
La moción de impostura, potencialmente censurable, que ha tenido lugar estos últimos días, y que pretendía ser una burda ofensa a la inteligencia del respetable -cada vez menos respetado-, se ha vuelto claramente en contra de sus promotores por una simple relación de causalidad; carecer de la mínima capacidad intelectual para satisfacer unas pretensiones tan maliciosas e inusitadas.
La impostura consistió en transformar en plató de televisión lo que debía ser, y algún día fue, un foro con cierta solemnidad y sede de la "soberanía" nacional, el Congreso de los Diputados. Bastó con sufrir algo más de dos horas a la todavía musa del caudillo Iglesias, Dña Irene Montero, quien atentó contra los aparatos auditivos de todos sus oyentes, consiguiendo afinar los oídos de los sordos mediante gritos llenos de odio y vacíos de sustancia, para ver que la jugada iba a perjudicar a sus progenitores.
Gritos de odio, mentiras por doquier, faltas de respeto, gestos pedantes y contradicciones infinitas... fueron la sustancia del obsceno espectáculo. Con todo, y a pesar de todo, hay que reconocerles capacidad de jugar con el tiempo de la gente y de hacer perder, sin escrúpulos aparentes, más de seis horas de vida a muchas personas. Para no aburrir como yo fui aburrido expongo unas pocas ideas que me llevan a pensar lo que pienso.
En primer lugar señalar que me sigue llamando la atención el infatigable afán que tiene la citada musa clerical de usar y tirar, sino al tiempo, de crear una nueva lengua oficiosa a la que, por su falta de originalidad y coherencia, propongo llamar "la castellano" o "el castellana".
Interpelaba "el" señora Montero que todos los que no eran ellos/ellas (no existe el género neutro para ciertos sujetos del género tonto) eran, son y serán machistas. Debe olvidar la musa que su líder político y sentimental, en un claro gesto desbordante de bondad y paridad, fantaseaba con azotar a una famosa periodista hasta lograr que ésta sangrase. Sabemos que, al menos, en al Rojo Vivo les gusta estar y tal vez sea de presumir que, en su intento de transformar el lenguaje, les importe poco quitar y poner artículos o mayúsculas que conduzcan irremediablemente a situaciones sanguinarias.
En otro orden de asuntos merece mención especial que el pseudocandidato, Pablemos, no presentara un programa alternativo de gobierno ni solicitara el apoyo de los señores diputados. Esto demuestra que la sesión de impostura sirvió, con el consentimiento de la tercera personalidad del país, para reafirmar lo ya reafirmado; PODEMOS desprecia la Constitución con todas sus ansias y consiguió saltarse a la torera el procedimiento reglado que sustancia la figura de la moción de censura. Cualquier alumno de Derecho, aunque sea tan malo como yo, conoce o debería conocer la esencia de la institución que ultra ha sido nominada con pretendida retranca gallega. La moción de censura es esencialmente una sesión de investidura extraordinaria en la que, por existir un Ejecutivo debilitado y sin apoyos, un candidato se postula a la Presidencia del Gobierno debiendo presentar un programa y solicitando el apoyo de la Cámara Baja.
Dejando al margen, por copiosa e inabarcable, la sesión de impostura ficticia y absurda, otra muestra de vergüenzas y carencias colma la vida de los vecinos del centro de Madrid.
Los parientes de los impostores en la capital también son impostores, dicen pretender rebajar la contaminación en Madrid y para ello han tomado una serie de medidas sorprendentes y sorpresivas que demuestran por si mismas que el uso irracional de la razón no es razonable.
Los residentes de los ambientes típicos de las novelas de Galdós llevamos meses de contaminación acústica y visual por culpa de tractores, grúas, operarios y polvo. Por obra de magia, y también por molestias varias, las calzadas se han convertido en aceras y los carriles para circular con coche son carriles para que circule el aire. Los coches siguen existiendo pero con la curiosa diferencia de que ahora contaminan mucho más porque tienen menos espacio para circular y ello hace que, al estar el tráfico más congestionado, los plazos para llegar a los destinos se dilaten.
La última joya de la corona es la "peatonalización a prueba" que se pretende llevar a cabo en el distrito de Chamberí. Es una vergüenza que se juegue con el tiempo y la salud de la gente por la incompetencia de los administradores de la cosa pública que no tienen siquiera la legitimidad de haber ganado unas elecciones. La verdad puede enfermar pero no morir del todo y por esto demuestran tener tan claro la efectividad de sus medidas -no propuestas porque no están amparadas por ningún acuerdo consensual- que las llevan a cabo bajo un previo periodo de prueba de nada mas y nada menos que ¡1 AÑOOOO!. A estos señores habría que recomendarles dejar de recomendar tanto, y en su caso, y, si se dejan, decirles tuviesen cuidado no vaya a ser que se les muera el sol antes que el rencor que llevan dentro.
Para acabar con un grado de pedantería que hoy día es lo único que parece dignificar cualquier intervención, cierro estas lineas con un poema ajeno de otro tiempo que refleja con exactitud la realidad de nuestras horas perdidas.
Dicen que España está españolizada, mejor diría, si yo español no fuera, que lo mismo por dentro que por fuera lo que está España es como amortajada.
Por tan raro disfraz equivocada, viva y muerta a la vez de esa manera, se encuentra de sí misma prisionera y furiosa de estar ensimismada.
Ni grande ni pequeña, sin medida, enorme en el afán de su entereza, única siempre pero nunca unida; de quijotesca en quijotesca empresa, por tan entera como tan partida, se sueña libre y se despierta presa.
La moción de impostura, potencialmente censurable, que ha tenido lugar estos últimos días, y que pretendía ser una burda ofensa a la inteligencia del respetable -cada vez menos respetado-, se ha vuelto claramente en contra de sus promotores por una simple relación de causalidad; carecer de la mínima capacidad intelectual para satisfacer unas pretensiones tan maliciosas e inusitadas.
La impostura consistió en transformar en plató de televisión lo que debía ser, y algún día fue, un foro con cierta solemnidad y sede de la "soberanía" nacional, el Congreso de los Diputados. Bastó con sufrir algo más de dos horas a la todavía musa del caudillo Iglesias, Dña Irene Montero, quien atentó contra los aparatos auditivos de todos sus oyentes, consiguiendo afinar los oídos de los sordos mediante gritos llenos de odio y vacíos de sustancia, para ver que la jugada iba a perjudicar a sus progenitores.

En primer lugar señalar que me sigue llamando la atención el infatigable afán que tiene la citada musa clerical de usar y tirar, sino al tiempo, de crear una nueva lengua oficiosa a la que, por su falta de originalidad y coherencia, propongo llamar "la castellano" o "el castellana".
Interpelaba "el" señora Montero que todos los que no eran ellos/ellas (no existe el género neutro para ciertos sujetos del género tonto) eran, son y serán machistas. Debe olvidar la musa que su líder político y sentimental, en un claro gesto desbordante de bondad y paridad, fantaseaba con azotar a una famosa periodista hasta lograr que ésta sangrase. Sabemos que, al menos, en al Rojo Vivo les gusta estar y tal vez sea de presumir que, en su intento de transformar el lenguaje, les importe poco quitar y poner artículos o mayúsculas que conduzcan irremediablemente a situaciones sanguinarias.
En otro orden de asuntos merece mención especial que el pseudocandidato, Pablemos, no presentara un programa alternativo de gobierno ni solicitara el apoyo de los señores diputados. Esto demuestra que la sesión de impostura sirvió, con el consentimiento de la tercera personalidad del país, para reafirmar lo ya reafirmado; PODEMOS desprecia la Constitución con todas sus ansias y consiguió saltarse a la torera el procedimiento reglado que sustancia la figura de la moción de censura. Cualquier alumno de Derecho, aunque sea tan malo como yo, conoce o debería conocer la esencia de la institución que ultra ha sido nominada con pretendida retranca gallega. La moción de censura es esencialmente una sesión de investidura extraordinaria en la que, por existir un Ejecutivo debilitado y sin apoyos, un candidato se postula a la Presidencia del Gobierno debiendo presentar un programa y solicitando el apoyo de la Cámara Baja.
Dejando al margen, por copiosa e inabarcable, la sesión de impostura ficticia y absurda, otra muestra de vergüenzas y carencias colma la vida de los vecinos del centro de Madrid.
Los parientes de los impostores en la capital también son impostores, dicen pretender rebajar la contaminación en Madrid y para ello han tomado una serie de medidas sorprendentes y sorpresivas que demuestran por si mismas que el uso irracional de la razón no es razonable.
Los residentes de los ambientes típicos de las novelas de Galdós llevamos meses de contaminación acústica y visual por culpa de tractores, grúas, operarios y polvo. Por obra de magia, y también por molestias varias, las calzadas se han convertido en aceras y los carriles para circular con coche son carriles para que circule el aire. Los coches siguen existiendo pero con la curiosa diferencia de que ahora contaminan mucho más porque tienen menos espacio para circular y ello hace que, al estar el tráfico más congestionado, los plazos para llegar a los destinos se dilaten.
La última joya de la corona es la "peatonalización a prueba" que se pretende llevar a cabo en el distrito de Chamberí. Es una vergüenza que se juegue con el tiempo y la salud de la gente por la incompetencia de los administradores de la cosa pública que no tienen siquiera la legitimidad de haber ganado unas elecciones. La verdad puede enfermar pero no morir del todo y por esto demuestran tener tan claro la efectividad de sus medidas -no propuestas porque no están amparadas por ningún acuerdo consensual- que las llevan a cabo bajo un previo periodo de prueba de nada mas y nada menos que ¡1 AÑOOOO!. A estos señores habría que recomendarles dejar de recomendar tanto, y en su caso, y, si se dejan, decirles tuviesen cuidado no vaya a ser que se les muera el sol antes que el rencor que llevan dentro.
Para acabar con un grado de pedantería que hoy día es lo único que parece dignificar cualquier intervención, cierro estas lineas con un poema ajeno de otro tiempo que refleja con exactitud la realidad de nuestras horas perdidas.
Dicen que España está españolizada, mejor diría, si yo español no fuera, que lo mismo por dentro que por fuera lo que está España es como amortajada.
Por tan raro disfraz equivocada, viva y muerta a la vez de esa manera, se encuentra de sí misma prisionera y furiosa de estar ensimismada.
Ni grande ni pequeña, sin medida, enorme en el afán de su entereza, única siempre pero nunca unida; de quijotesca en quijotesca empresa, por tan entera como tan partida, se sueña libre y se despierta presa.
Jose Bergamin.
JBL.
JBL.
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